La fiscalía pidió al Gobierno nacional que desclasifique información de inteligencia sobre la muerte de Alberto Nisman. El fiscal Eduardo Taiano buscar conocer datos que según la central de espías siguen siendo secretos. Durante su presidencia, Mauricio Macri ya había ordenado abrir archivos, pero la SIDE se negó a entregar algunos documentos.

Taiano, con la firma del auxiliar fiscal Hernán Kleiman, mandó un oficio al Poder Ejecutivo en el que le pide que desclasifique los archivos de la AFI y del resto de los organismos de inteligencia relacionados con la muerte del fiscal.

La Justicia sospecha que Nisman fue asesinado el 18 de enero de 2015 en su departamento de Puerto Madero, tras denunciar a la ex presidenta Cristina Kirchner por la firma de un pacto con Irán. Según la denuncia, ese pacto estaba destinado a encubrir la responsabilidad de ese país en el ataque a la AMIA y a provocar la caída de las órdenes de captura de Interpol contra los exfuncionarios iraníes buscados por el atentado.

La SIDE, celosa de sus secretos

Macri había ordenado la desclasificación de archivos y ahora se pidió mayor información. Los datos que requería la fiscalía no eran proporcionados por la SIDE, celosa de sus secretos, y por eso Taiano acudió a la máxima autoridad del Gobierno.

Los datos solicitados abarcan las tareas de inteligencia realizadas por la AFI (hoy SIDE) y también por la inteligencia militar. Durante el kirchnerismo, el jefe del Ejército Cesar Milani tenía un grupo operativo dedicado a estas tareas.

Hoy, en la causa por la muerte de Nisman están procesados Diego Lagomarsino, el técnico informático que le proporcionó el arma, y los custodios del fiscal, que lo deberían haber cuidado ese 18 de enero de 2015.

El juez del caso es Julián Ercolini y el fiscal es Taiano, quien investiga una red de contactos entre espías en las horas previas y posteriores a la aparición del cuerpo y le hackeo del teléfono celular del fiscal con un virus para acceder a su contenido.

Se realizaron peritajes sobre el hallazgo del cuerpo en el baño de Nisman, en Puerto Madero, y la Gendarmería concluyó que la muerte del fiscal se trató de un homicidio. Esta es la hipótesis que actualmente investiga la Justicia.